Este árbol lo sembró mi abuelito coronel frente a la casa.
Estuvo allí muchos años sin que nadie de verdad pensase en el.
Mi abuelito murió y el árbol siguió estando.
Y han pasado muchos años, tantos que sus ramas se mezclan con el cielo, y bajo su sombra mi casa está abrigada.
Tantos años pasaron, que sus raices rompieron los cimientos, el árbol en silencio tumbó la casa.
¿O fue mi abuelito que tumbó la casa para que la hicieran de nuevo pero a su antojo?